Mirlo y Soledad.
El cansancio es terrible; pero la tos lo es aun más.
Intento leer y mis nervios convierten mis piernas en acericos de mil alfileres.
El mirlo me recibe tras la ventana que abro con un gesto de pez agonizante.
Aire le pido a la noche. Sólo aire como toda caricia.
Anida la ausencia en ala quebrada. Morada exterior y vuelo inconcebible.
Si acaso las madres me tostasen azúcar. Caramelo...
Intento leer y mis nervios convierten mis piernas en acericos de mil alfileres.
El mirlo me recibe tras la ventana que abro con un gesto de pez agonizante.
Aire le pido a la noche. Sólo aire como toda caricia.
Anida la ausencia en ala quebrada. Morada exterior y vuelo inconcebible.
Si acaso las madres me tostasen azúcar. Caramelo...
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