de M de la FUENTE (sín título)
¿Quién puede abrir la puerta de su rostro?
Ávido vuelve
al jardín confeso de sus labios.
Yace el reptil reconociendo
el sueño de volar.
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al jardín confeso de sus labios.
Yace el reptil reconociendo
el sueño de volar.
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