de María ZAMBRANO.
(
) El contemplativo, hoy a menudo llamado neurótico, angustiado. Pues que la angustia indispensable para ser hombre se confunde ahora con la enfermedad, un padecimiento que el contemplativo no puede contener, con la angustia incontenible. Y se olvida ante todo que el hombre, sin más, es contemplativo aunque sólo sea en la modesta medida en que mira y recibe algo de esa incompleta, mas cierta, visión que su breve mirada le procura. Contemplativo en sentido preciso es solamente el dado a prolongar esa mirada, el amante de la mirada que proporciona al par visión y alimento: aquel que fía en el alimento que su mirada primera, inicial, y ya por eso, iniciadora, le trae. El otro, el azancado hombre de hoy y de antes, el obligado y esclavo cuando se le ignora, ése fía solamente en la acción y a la que confía la suerte del día, de su alma, y a esa espectral acción entrega la llama del día y su hermosura. Y así se vuelve espectro. (
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de "LA AURORA". Editorial Tabla Rasa
de "LA AURORA". Editorial Tabla Rasa
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